El proceso comienza con una preparación espiritual, donde se busca estar en armonía con el entorno y concentrarse en la intención del amarre. Es importante que el ritual se realice con respeto, honestidad y buenas intenciones, ya que el libre albedrío de las personas involucradas debe ser siempre respetado.

Uno de los métodos más comunes de amarre de amor con agua es el uso de infusiones de hierbas y elementos naturales, que se mezclan con el agua elegida. Estas infusiones pueden tener propiedades mágicas y simbólicas que se asocian con el amor y la pasión, como la rosa, el jazmín o la manzanilla.

El siguiente paso implica la realización de un ritual específico, que puede variar según la tradición o creencia del practicante. Algunos rituales pueden incluir la recitación de oraciones, la visualización de deseos y la meditación sobre el objetivo del amarre.

Una vez finalizado el ritual, se puede utilizar el agua cargada energéticamente para rociarla en lugares o objetos que estén relacionados con la persona amada. También se puede beber un poco del agua preparada como una forma de unir la energía del amarre con la propia energía del practicante.